Todd Kashdan, líder en la investigación de la relación entre la curiosidad y el bienestar, en su libro “Curious”, Kashdan dice que "el juego es una experiencia placentera, y es un entrenamiento para los jóvenes para desarrollar habilidades sociales y de resolución de problemas que dura toda la vida”. Si pensamos sobre la curiosidad, debería tener sentido también para nosotros Padres de familia. La curiosidad es el recurso para entender el aprendizaje, la experiencia de algo nuevo. Cuando jugamos, aplicamos la curiosidad de manera divertida, y nos lleva a aprender y agudizar nuevas habilidades, talentos e ideas.
Espero que estas ideas puedan convencerte, o incluso que te hagan pararte a pensar por un pequeño instante: Mamá y Papá ¡Detengamos la sobreprotección!. Tu hijo no tiene que saber álgebra o leer 100 palabras por minuto desde que entra a la primaria. Dejemos que los niños sean niños mientras sean niños. Permitámosles jugar. Animémosles para que hagan actividades que maximicen la curiosidad, las emociones positivas y el cultivo de talentos y fortalezas.
Para tener más ideas sobre cómo enseñar a los niños a jugar, aquí encontrarán un resumen de las ideas que propone Peter Emmenegger en su artículo:
Salir a la calle a jugar siempre que se pueda: Los niños necesitan tiempo libre para desarrollar sus propios juegos y formas de jugar por ellos mismos o con sus amigos. Nada mata más la imaginación de un niño que los juegos de computadora o el último aparato electrónico. Simplemente siguen las normas del juego, y son pasivos y reactivos. Fuera, están forzados a generar sus propias reglas para los juegos en un ambiente multisensorial.
Animarles a que jueguen a algo natural: Limitar o disminuir las horas de televisión y de la computadora. Ver dibujos animados en la televisión es una actividad pasiva. En vez de eso, anima a tus hijos a que desarrollen sus propias historias, personajes y mundos. Si están acostumbrados a ver la televisión o jugar en la computadora, estate preparado para el aburrimiento, en un principio. Haz sugerencias para que un juego de fantasía ayude a poner en marcha la creatividad. Haz preguntas abiertas sobre los personajes. ¿Cómo encontró el rey Richard la forma de llegar a la luna?
Foméntales hacer deportes al aire libre reservando tiempo para explorar la naturaleza: Por ejemplo, cavar agujeros en la tierra, atrapar renacuajos con una red, coleccionar piedras del parque, o cazar insectos. Impulsar la curiosidad de los niños al cazar renacuajos y luego explicarles cómo se transforman en ranas.
Siempre recuerda la regla dorada de los juguetes, 90% niño 10% juguete: Queremos que la imaginación de los niños sea el motor que guíe el juego. Los juguetes sencillos requiere participación e imaginación. Los juguetes sencillos que pueden ser golpeados y lanzados, hacen que los niños creen juegos nuevos y divertirse con ellos desde el principio.
Referencias
Emmenegger, P. (n.d.) Nurturing the playful mind. Natural Child Magazine.