De la nada, nuestro dulce y lindo bebé, se transforma en Hulk. Hace berrinches, pega a otros niños en el kinder o le ha dado cachetadas a Mamá. Aquí es cuando la mayoría de las Mamás caemos en la desesperación pues no sabemos cómo superar esta etapa sin terminar gritando, castigando o queriéndolos regalar.
Mi intención en este artículo, aprovechando el lanzamiento del curso “No más berrinches”, es darle tips a Mamá y Papá para desarrollar las habilidades que harán que sus hijos puedan evitar esos arranques de furia descontrolada y episodios de agresión física, mejor conocidos como berrinches.
Lo primero que hay que tener en cuenta, es que la intención del berrinche, no es sacarnos de quicio, probar los límites de Mamá o molestarla hasta sacar lo peor ella.
Lo que hay detrás del berrinche se llama frustración. Es una emoción que quiere expresarse y los niños no saben cómo hacerlo de una manera socialmente aceptada.
Los berrinches comienzan alrededor de los 16-18 meses de vida, en donde las habilidades sociales y el lenguaje aún no están bien desarrollados. Por lo tanto, cuando el chiquito no sabe expresar lo que quiere, esto aumenta su frustración y termina en una descarga emocional de furia, patadas, gritos y manotazos.
Ahora bien, sabiendo que las razones del berrinche, son la frustración, las pocas habilidades sociales y la falta de dominio del lenguaje verbal; entenderíamos que la edad del berrinche es normal. Mamá y Papá, no se asusten, pues todo esto es propio de un niño pequeño y pasará siempre que los adultos en casa modelen autocontrol y disciplina personal. Recuerden “El ejemplo arrastra a más que mil palabras”decía María Montessori.
Si bien, a veces caemos en el grito desesprado por no saber que hacer para controlarlos, amenazas como “cuento hasta tres... 1, 2, voy en 2 y medio…”, “vas a ver cuando llegue tu Papá”, “ahora si no hay dulce”ó “no vas a la fiesta”. Probablemente estos castigos y amenazas es lo primero que nos viene a la mente, pero ¿Creen que sea una consecuencia congruente a lo que el niño hizo “mal”? . Los berrinches nos hacen caer en amenazas no cumplidas o promesas imposibles de llevar a cabo, lo que nos hace quedar como mentirosos frente a los hijos, perder credibilidad y autoridad.
Para evitar la llegada del berrinche les propongo ante todo ANTICIPAR el disparador. Esto es, reconocer lo que hace sentir a tu hijo enojado o frustrado. Por ejemplo, a mi hijo grande, de 6 años, lo descontrola no saber que actividad sigue después o que de la nada, le cambie la rutina sin previo aviso. A mi segundo hijo, de 4 años, cuando está muy cansado y lo apresuro para que haga la rutina de antes de dormir, se pone de muy mal humor y termina llorando y gritando. Y mi tercer hijo, mi bebé de 8 meses, aunque seguimos en proceso de conocernos mutuamente, he notado que le molesta cuando me salgo de su recámara sin avisarle y que los hermanos grandes le quiten su juguete.
Aquí algunos tips que te ayudarán a evitar la llegada del berrinche:
Establece una rutina visual. Esto le hará entender cuando hay un cambio de actividad y le dará seguridad pues sabra qué espera Mamá de él. Por ejemplo, que tenga al alcance de sus ojitos una rutina con dibujos que le den orden y estructura a su día (despiertar – desayunar – lavar dientes – vestirse – ir al colegio – llegar a lavarse las manos – comer en casa de Abuelos – etc, etc). Les sugiero que la rutina sea totalmente visual y con muy poco texto.
Ofrece estrategias de autocontrol. Si bien la corteza prefrontal de los niños de 2 a 4 años aún no está bien desarrollada y por eso tiene bajo control de impulsos y dificultad para regular sus emociones. El trabajo de Mamá y Papá debe ser fomentar la maduración de la misma y brindar estrategias que favorezcan el autocontrol en vez de decirle “tranquilo” o “cuando termines de hacer tu berrinche” pues ellos no saben cómo hacerlo de una manera distinta.
Aquí algunas opciones que favorecen el autocontrol y evitan la llegada del berrinche:
Regula la respiración:
Algo que me ayuda con mis hijos en casa es soplar burbujas. Esto les permite regular el ritmo y la intensidad al exhalar, favorenciendo el control de su respiración y dismuyendo así el enojo que estaba apunto de atacarlo.
“Huele la flor y apaga la vela” esta frase la decimos al inhalar y exhalar un par de veces. No me refiero a que Mamá deba tener siempre una flor y una vela en la bolsa, simplemente es una especie de mantra que al ser repetido varias veces sumado al ejercicio de respiración, ayudará a restarle puntos al berrinche que ya se estaba asomando.
Arullar a un peluche sobre el estómago. Acostado boca arriba, poner su peluche favorito sobre su estómago y pedirle que respire despacio profundamente y nuevamente despacio, suelte el aire evitando que el peluche caiga de su pancita. Así estaría arrullando a su peluche favorito y él estará regulando su respiración.
Ofrece nuevas alternativas:
“Rincón seguro o rincón de la calma”, así lo llamamos en casa, espero les guste el término. Otras mamás lo bautizan como, lugar feliz, la guarida de la calma, rincón de la pausa o lugar de paz, todos estos también me encantan. El objetivo de este rincón seguro, es brindar al pequeño un lugar donde pueda sentirse seguro y pueda expresar sus emociones, tomándose una pausa antes de salir de nuevo al mundo.
Les recomiendo tener dentro del rincón seguro objetos que pueda relacionar con sus emciones, como, cuentos, peluches, títeres, cojines, tarjetas con dibujos de un niño feliz, triste, enojado, con miedo, haciendo berrinche, etc. Me refiero a objetos que apunten a la reflexión y le ayuden a entender sus emociones, no a sus juguetes favoritos pues perderíamos el objetivo del rincón seguro como un recurso para reflexionar y generar autocontrol.
Frasco de la calma. Un frasco de plástico transparente con tapa, llénalo de agua sola y agrega brillantina color rojo (los niños en consulta me dicen que imaginan al enojo color rojo), pero pueden hacerlo de otro color si sus hijos lo imaginan de manera distinta. Pedirle que lo agite para suspender la brillantina en el agua y después lo observe con atención hasta que toda la brillantina se haya asentado en el fondo. Con esto, estaremos logrando cambiar el foco de atención y lo mismo que pasa con la brillantina al asentarse, pasará con nuestras emociones que estaban alborotadas sin ningún orden.
Finalmente, quiero confesarles que no hay una receta mágica contra los berrinches, ni tampoco un cumpleaños donde se gradúen a la edad edad donde los berrinches desaparecen por completo. Mamá y Papá, la clave es la constancia, consistencia, y sobre todo, la perseverancia. Todos los días, todos y cada uno, debemos empezar por modelar autocontrol y autodisciplina. Solo así, podremos brindar a los hijos estrategias para que ellos lo logren. Empieza hoy mismo con tus hijos, pues entre menor sea la edad del chiquito, mejor será el pronóstico y más fácil será el trabajo para Mamá y Papá.