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¿Cómo elogiar a los hijos para reforzar su autoestima?


El orgullo más grande de Mamá y Papá, es ver que los hijos dominan alguna habilidad. Como, los primeros pasos, la primera clase pública, la primera competencia de gimnasia o el primer torneo de football.

Es normal que ese orgullo que sentimos, rebase nuestro pecho como Papás. Pero muchas veces nos encontramos alabando cosas que los hijos dominan desde hace mucho tiempo o hasta, exageramos sus logros creyendo que así, enaltecemos siempre en positivo. Aunque debo decirles, que a veces, según el momento y forma en lo que hacemos, puede pasar lo contrario.

Como mencionan Morris y Zentall (2014), los elogios o alabanzas de la familia, logra efectos positivos en los hijos en su persistencia, resiliencia y felicidad. Sin embargo, en el estudio realizado en 2014, notaron que cuando los cumplidos eran ambiguos o solo gestuales, los efectos no eran tan beneficiosos, como cuando la alabanza incluía una característica particular.

Aquí un ejemplo, para poderme explicar un poquito mejor... “muy bien” ó “¡bravo campeón!” versus “lo lograste porque eres inteligente”. Es decir, en realidad los elogios ambiguos o “poco aterrizados” eran igual de efectivos que los incluían una característica específica e inclusive, los niños sentían menor presión por parte de sus Papás.

Los elogios gestuales, como guiñar el ojo a los chiquitos, dedo pulgar hacia arriba, proporcionan beneficios positivos en los niños. Pero, algo sorprendente, es que cuando un niño atribuye el éxito a rasgos específicos como la inteligencia y luego experimenta algunas fallas, es menos probable que persista intentando. Pues el fracaso amenaza su creencia de que él/ella es inteligente.

En otras palabras, les recomiendo que los elogios, sean lo más aterrizado posible, reconociendo el proceso o el esfuerzo, más que el resultado como tal.

Si bien determinados tipos de elogios son aliados del desarrollo de la inteligencia emocional y autoestima, les sugiero los lineamientos que proponen J. Henderlong y M. Lepper (2002) donde analizan por más de 30 años los efectos de los elogios en los niños.

Aquí les resumo brevemente los tips que ellos sugieren:

  • Ser específicos y muy sinceros a la hora de elogiar el desempeño de los hijos.

  • Alabar solamente los atributos o características que ellos tienen el poder de mejorar o cambiar.

  • Usar palabras que apunten a un estándar realista y posible de alcanzar.

  • No excederse al elogiar o alabar logros que se consiguen muy fácilmente.

  • Enfocarse siempre, pero siempre siempre, en motivar a los hijos a dominar habilidades, no en compararse con otros niños.

Como todo aspecto de la paternidad, esto requiere práctica y perseverancia, pues los elogios nacen espontáneamente de nosotros los Papás.

Agregando algo de mi cosecha personal como Mamá de tres hijos varones de 7 años (¡wow! Que grande está ya mi Mateo), 4 años y un chiquitín de 1 año, les puedo sugerir algunos tips:

  • Las fallas no determinan quiénes somos y son parte de la vida.

  • Nuestro amor como papás nunca, pero nunca, se determina en función de sus logros. Nuestro amor es incondicional y ellos no deben de hacer nada excepcional para ser merecedores de nuestro amor.

El amor nunca esta de más, pero tampoco agregar a nuestro maletín de crianza, nuevas herramientas que ayuden a nuestro rol de educadores y protectores de los hijos.

Gracias por leerme! Que tengan un muy feliz cierre de ciclo escolar.

Alejandra Gabayet Manzano

alegabayet@gmail.com

www.alegabayet.com

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