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Foto del escritorAlejandra Gabayet Manzano

Apego seguro, niños resilientes

El apego seguro, es la clave para criar hijos resilientes.


Cuando llega al consultorio un niño o adolescente, necesariamente, además de trabajar con el menor de edad, habrá que trabajar con sus cuidadores principales, con sus figuras de apego de referencia. Creo que esto debe ser así, pues de otra forma, los resultados serían más limitados y de cierta manera una falta de responsabilidad.


Cuando un niño o adolescente presenta síntomas, se debe plantear qué le esta ocurriendo en los tres niveles que más impacto tienen en él: individual, escolar y familiar.


El mayor factor de riesgo/protección para la salud mental en la infancia es el desarrollo de un vínculo de apego seguro. Sabiendo esto, el primer objetivo en consulta es trabajar con los Padres.


Para que Mamá y Papá puedan ofrecer a sus hijos los tres pilares principales, deben ellos mismos tenerlos: Seguridad constante, deseo de proximidad y regulación emocional. En otras palabras, difícilmente un adulto puede generar un sentimiento de seguridad en su hijo, si él mismo no lo tiene.


De igual forma, si en el adulto hay un apego inseguro, no podrá transmitir un adecuado deseo de contacto, cercanía y comunicación con sus hijos. Y así se hace una bola de nieve, un adulto con dificultades para regularse emocionalmente, no podrá regular a su hijo y entonces no podrá enseñarle adecuadamente a autorregularse.

Como Papás, tenemos el objetivo de aportar a nuestros hijos un vínculo de apego seguro para que los niños puedan interiorizarlo. Pero para esto, debemos primero vivirlo con nosotros.


Como terapeutas, para facilitar esta relación de apego seguro padres-hijos y cuidar de los niños, debemos procurar primero la salud de los adultos.


El establecer un apego seguro con los adultos favorecerá su rol parental, sus relaciones sociales y de pareja, la curiosidad y perspectiva frente a la crianza y educación de sus hijos, la capacidad de atención y empatía entre otros más.

Además, establecer una relación de apego seguro adulto-terapeuta parental, ayudará a los Padres a detectar y comprender sus estados internos, a regular sus emociones y conectar con la crianza.


Algunos adultos acuden a consulta pidiendo ayuda para trabajar con sus hijos por problemas emocionales o de conducta, pero cada uno tiene un componente de carga autobiográfico. Algunos padres son conscientes de la mochila que cargan, pero otras muchas veces no, pues no ha habido lugar para ocuparse de ellos mismos. Si este último es el caso, lo primero que debemos atender es la carga emocional del adulto para que puedan fungir de manera más adecuada como padres.


La relación con el terapeuta y el consultor parental (coach) ayudará a restablecer el contexto y permitirá un proceso de reparación del apego.


En las consultas de intervención familiar, se busca dar espacio individual al niño o adolescente y generar condiciones de bienestar para todos los miembros de la familia. Por lo tanto, un sistema familiar más empoderado para poder hacerse cargo.

De esta forma, los adultos podrán convertirse en figuras de apego seguro para sus hijos, criando niños más fuertes, tranquilos, sabios y cariñosos.


Alejandra Gabayet Manzano

Terapeuta Familiar Infanto-Juvenil

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